No poder cobrar una deuda no es una buena noticia para ninguna pyme. De hecho, en España, la morosidad en la cartera de cobros de las pymes sigue siendo alta. Y más aún cuándo la morosidad es alta. ¿Qué papel puede tener una empresa de recobro de deuda con empresas con morosidad alta? Te lo contamos.
Si las facturas sin cobrar de clientes y proveedores se acumulan en el cajón, la estructura financiera de nuestra pyme puede llegar a quebrar. Y es esta, en mitad de una recesión económica que no llega a marcharse, una de las preocupaciones máximas de los gerentes, CEOS y directivos financieros de las empresas españolas. Y más cuando la morosidad crece y crece sin vistas a parar. ¿Cuál es el papel de una empresa de recobro de deuda con empresas de morosidad alta?
Las empresas de cobro de deudas son una de las mejores opciones cara a poder conseguir, por fin, cobrar toda o gran parte de la deuda que se nos debe. Estas agencias aplican maneras y formas legales de cómo hacer líquido dichas cantidades. Pero sin duda todas nos aconsejarán seguir diferentes pautas para poder finalizar con éxito nuestro objetivo: el recobro de deudas exitoso. Y en primer lugar, cómo no, analizar la política de crédito. O lo que es lo mismo, identificar si la política de crédito se ajusta a la realidad particular del negocio y a la estructura de gastos fijos de la PyME. O lo que es lo mismos, que la política de crédito responda a la industria, al mercado y a las necesidades de la empresa.
También es preciso diferenciar cuentas cobrables de incobrables. Contratar una agencia de recobro de deudas nos ayudará a analizar la estructura de las cuentas pendientes para diferenciar qué es y qué no es cobrable. Esto significa, clasificar entre las más y menos propensas a ser cobradas dentro de un tiempo determinado. Como tercer paso, es recomendable seguir una estrategia de cobros. Delegando estas tareas en la empresa de recobro de deudas, ésta se sentará con aquellos clientes con cuentas pendientes y negociará con el fin de solventar dicha situación. Pero, ojo, se debe tener en cuenta que aunque el cliente no siempre tiene la razón, no deja de ser el cliente. O sea una fuente de ingresos para nuestra pyme.