Un concurso de acreedores es un procedimiento judicial dirigido a resolver un problema de insolvencia de una empresa. Cuando un negocio carece de liquidez para pagar sus deudas, una forma de pagar es el concurso de acreedores. Los acreedores de la empresa pueden cobrar, y además el negocio obtiene liquidez para continuar funcionando y evitar la quiebra.
Tanto una persona física (un autónomo) como una sociedad puede aplicarse un concurso de acreedores. Tampoco hay límite de volumen de deuda: el concurso de acreedores es una opción de pago de deudas tanto para pequeñas como grandes empresas. Mediante la solicitud del concurso de acreedores se pone la situación de la empresa en manos de un Juzgado Mercantil. El concurso de acreedores permite que se paralicen embargos de bienes y negocia quitas de deuda y aplazamientos.
, se pone el asunto en manos de un juez y se puede llegar a paralizar ejecuciones de deuda o a rebajar y aplazar el pago de la deuda con el Juzgado Mercantil.
Cómo iniciar un concurso de acreedores
Cuando el deudor no puede cumplir regularmente con sus obligaciones se produce una situación de insolvencia. Esta situación no es siempre la misma. Existen diferentes casuísticas que llevan a una empresa a una situación de insolvencia. Todas son distintas: no hay dos insolventes iguales como no hay dos deudas iguales. Pero todas llevan a la solicitud del concurso de acreedores.
- Impago de facturas y recibos durante tres meses continuados o más, en el plazo de tiempo inmediatamente anterior a la solicitud del concurso. Es decir, que si una empresa tiene impagados durante un año pero «se pone al día», tendría que volver a deber durante al menos tres meses para solicitar el concurso.
- Impago de cuotas a la Seguridad Social durante ese mismo periodo de tres meses inmediatos a la solicitud.
- Impago de salarios, indemnizaciones por despido y otras retribuciones laborales durante los tres últimos meses.
- Incumplimiento general en las obligaciones corrientes por parte de la empresa.
- Embargos del patrimonio o liquidación apresurada de los bienes de la empresa.
¿Quién solicita el concurso?
El concurso de acreedores puede solicitarlo la propia empresa deudora para sobrevivir como sus acreedores. Es habitual ver en las noticias cómo afectados por la insolvencia de una empresa se agrupan para solicitar un concurso de acreedores y cobrar por fin sus deudas. Eso sí, el deudor solo tiene dos meses para solicitar el concurso de acreedores tras conocerse la situación de insolvencia.
Durante el concurso de acreedores la empresa puede seguir funcionando, y por lo tanto generando ingresos. Con eso pueden ir abonando parte de la deuda. Algunas empresas pueden salir a flote gracias al dictamen del juzgado en el concurso. Sin embargo, a veces lo mejor que se consigue es aplazar lo inevitable. Al final hay que terminar por liquidar la empresa.
Por tanto, el concurso de acreedores es una vía más para el pago de deudas de una empresa, pero no existen soluciones definitivas. Siempre hay que estar bien asesorado por profesionales de la gestión de recobros e impagados.