Todos hemos conocido alguna vez a un moroso. Algunos son morosos casuales, otros son personas que se organizan mal, algunos son morosos profesionales… Pero el lenguaje de la calle no es igual que el lenguaje financiero. ¿Qué es morosidad? En términos profesionales, llamamos morosidad a cualquier retraso en el pago de una deuda o factura. Una empresa solvente de gestión de recobros e impagados no persigue a una persona: persigue el cobro de esa deuda.
Lo que buscamos, pues, los profesionales de la gestión de cobro, es el pago de la deuda. El fin de la morosidad, y desde luego no «el fin del moroso». En el trabajo nos encontramos muchos deudores que no llamaríamos morosos en una conversación personal, pero sí son morosos en un sentido estrictamente financiero. Por eso debemos estar atentos a saber que es morosidad siempre que no cobremos esa deuda. Y ponernos manos a la obra cuanto antes.
¿Qué es morosidad?
A pesar de esta base, ni siquiera los expertos judiciales están de acuerdo al cien por cien sobre qué es morosidad. La mayoría de entidades de crédito no hablan de morosidad hasta que no han pasado tres meses desde el primer retraso en el pago de la deuda. Otras entidades ponen plazos de cinco días incluso. Pero tiene toda la lógica este plazo de tres meses: sirve para distinguir un accidente de un verdadero moroso.
Para distinguir qué es morosidad de lo que no lo es, expertos como Edufinet definen la condición de moroso asociándola al riesgo financiero. Riesgo financiero es, simplemente, qué posibilidades tenemos de cobrar. La tasa de morosidad define este riesgo en términos matemáticos: cuántos recibos en total tiene un deudor, por cuántos de ellos ha dejado de pagar. A más recibos impagados, mayor tasa de morosidad.
- Riesgo normal: Si se presenta un impago de una persona con riesgo normal, es porque con toda probabilidad cobraremos nuestra deuda. Un cambio de cuenta bancaria, una falta de liquidez momentánea, o causas de fuerza mayor.
- Riesgo dudoso: Cobro de recibos impagados en más de tres meses.
- Riesgo fallido: Son impagados con meses o años de antigüedad y poca esperanza de cobrar. Pero «poca esperanza» no significa ninguna esperanza. En Grupo Intercobros somos expertos en deuda fallida.
La morosidad en las empresas de recobro
También las empresas especializadas en gestión de recobros e impagados tenemos nuestras discrepancias. Algunas agencias de cobros llaman «moroso» a cualquier deudor de sus clientes. Otras basándose en el famoso plazo de tres meses. Para estas empresas de recobro, la definición de qué es morosidad pasa a partir del riesgo medio. Y para otras empresas de recobro el término moroso se reserva para definir a los que, además de no pagar a tiempo, tampoco muestran intención de pagar.
En Grupo Intercobros trabajamos específicamente con este tipo de morosidad. Aunque gestionamos todas las facturas impagadas de nuestros clientes, somos profesionales especializados. Y como tales, perfectamente capaces de distinguir a alguien con un problema (a veces simples complicaciones administrativas) del individuo que no quiere pagar. El reto es lograr cobrar la deuda de forma taxativa, pero amistosa, sin llegar a la fase procesal.