Pongámonos en situación. Uno de nuestros clientes más fieles, de repente, nos deja por pagar varias facturas o una factura con una cantidad importante. Un imprevisto económico con el que no contábamos. Después de un tiempo, nos paga pero por medio ya habido una reclamación de impago y la relación es tensa. ¿Cómo gestionar la relación con un cliente tras una reclamación de impago?