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Las consecuencias reales de la morosidad

Las consecuencias reales de la morosidad

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La morosidad es una condición no deseada tanto para quienes prestan dinero como para quienes lo reciben. A pesar de ello, las estadísticas exponen porcentajes significativamente altos de personas que incurren en ella. Y si bien esto puede deberse a los altibajos de nuestra economía, en muchos otros casos es resultado de la mala administración del dinero.

Pero la morosidad no es algo de lo que sea fácil zafarse; puede incurrirse en ella fácilmente, pero dejarla atrás podría ser imposible en algunos casos debido a que deja una huella profunda. Y es que, en efecto, puede tener graves consecuencias legales que vale la pena conocer. A continuación, explicamos las más relevantes junto con sus implicaciones.

¿Qué es morosidad?

Partamos una vez más de la definición. Según la Real Academia Española, la morosidad se define como la falta de puntualidad en los pagos o en el cumplimiento de las obligaciones. Por lo tanto, un moroso es una persona que no cumple con sus pagos para con sus acreedores en el tiempo previsto inicialmente; esta puede ser una persona natural o jurídica.

Si nos centramos en el ámbito legal español, hay ciertas delimitaciones adicionales para definir esta condición. Por ejemplo, para que la morosidad tenga validez legal, es necesaria la existencia de un acuerdo o contrato que especifique las obligaciones del deudor; asimismo, el tiempo acordado para cumplirlas. Ambas partes deben figurar en el documento.

Si no existe un contrato o documento que establezca la existencia de la deuda, no se pueden aplicar las acciones legales correspondientes; es decir, la morosidad no tendría consecuencias. He allí la importancia de siempre dejar los préstamos y los plazos para los pagos por escrito; esto sirve como evidencia del acuerdo, incluidos los montos y la periodicidad establecida inicialmente para los pagos.

Consecuencias de la morosidad

Ahora bien, cuando existe evidencia escrita de que existe una deuda real impaga y que los plazos establecidos están vencidos, se habla de morosidad. En estos casos, el acreedor puede tomar acciones legales contra el deudor, incluidas medidas tan drásticas como la intimación. Dependiendo del caso y de su disponibilidad para reclamos, podría recurrir también a una empresa dedicada al cobro de deudas.

Pero en este artículo nos centraremos en exponer el abanico de consecuencias que conlleva la morosidad. El primero suele ser la inclusión en la lista de morosos, lo que a su vez conduce a la pérdida de credibilidad frente a las entidades financieras. En algunas situaciones, los acreedores podrían incluso buscar un abogado y aplicar demandas que agravarían dichas consecuencias.

Aparición en una lista de morosos

La inclusión en una lista de morosos es uno de los grandes temores que afrontan aquellas personas que piden préstamos; ya sea a personas naturales o jurídicas. Y no es para menos considerando que se trata de un registro que incluye los datos del deudor y los detalles de sus deudas impagas. Esta información sirve para notificar a los Registros de Morosidad y suponen una mancha para quien ha incumplido.

Pero las implicaciones de dicha mancha parecen mínimas si nos centramos en el simple señalamiento social. El gran problema de la aparecer en una lista de morosidad radica en que los bancos y otras entidades financieras también la visualizarán. Y esto, claro está, repercutirá en los ofrecimientos y concesiones que tengan estos para con la persona; muchas veces supone el fin de la solicitud de préstamos.

Generación de intereses elevados por demora

Por lo general, el incumplimiento del pago a una fecha establecida genera intereses; esto quiere decir que el monto previo a cancelar se incrementa en un porcentaje basado en el monto inicial. En el contexto de la morosidad, esto se repite por efectos de demora; y esto muchas veces da como resultado deudas exorbitantes aún más difíciles de cumplir.

Imposibilidad de reclamar en el futuro

Otra de las consecuencias de la morosidad es la imposibilidad de hacer reclamos en caso de estar en el otro lado de la historia en un futuro; es decir, una persona que incurrió en morosidad difícilmente pueda reclamar una resolución contractual por falta de cumplimiento. Esto también la colocaría en una situación vulnerable frente a diferentes tipos de estafas.

Tiempo para evitar las consecuencias de la morosidad

Lo bueno es que la situación se puede solucionar sin que llegue a extremos. Por lo general, se otorga un plazo de dos a tres meses a la persona que incumplió su parte del contrato para evitar las consecuencias de la morosidad; entre ellas, la inclusión en una lista de morosos y sus implicaciones. Sin embargo, este plazo dependerá del acreedor, por lo que puede variar según cada contexto.

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