No cabe duda a estas alturas que la entrada en escena del nuevo coronavirus o COVID-19 ha revolucionado cual ciclón la economía de prácticamente todo el planeta. Y con él, también ha aumentado la tasa de morosidad tanto de particulares como de empresas. ¿Has notado cómo proveedores o clientes han dejado de pagarte? El impago de morosos promete ser una tendencia al alza durante este año.
2020 no será un buen año desde ningún punto de vista. Un año que queremos que pase cuánto antes y que se cumplan las previsiones de crecimiento que se esperan para 2021. El COVID-19 ha puesto patas arriba este año y las malas noticias se amontonan: sanitarias, económicas, de confrontación política… y dentro de este contexto hay empresas y particulares que han aprovechado para dejar de pagar de forma brusca. Sin esperar a una previsible recuperación económica en la segunda parte del año. El impago de morosos es ya una realidad a la que hacer frente.
Las previsiones de morosidad del Banco de España
El Banco de España ya ha manifestado que el coronavirus va a llevar un alza de la morosidad tanto en empresas como en familias durante este año, de hecho así lo ha dejado claro en su Informe de Estabilidad de la primavera 2020.
El supervisor bancario advierte de que la crisis derivada de la pandemia aumentará la entrada en dudoso de los préstamos concedidos a las compañías nacionales, grandes y pequeñas en casi un 50% para el conjunto de los sectores, destacando el sector servicios, en total unos 70.000 millones de euros.
Cabe destacar una nota importante y es que el flujo de dudosos lleva años a la baja y las entradas se compensaban con las recuperaciones y las salidas a fallidos. Así ha sido desde 2013. Sin embargo, la pandemia revertirá este proceso de saneamiento que se estaba produciendo y tanto la salida de activos se verá muy perjudicada.
Impago de morosos en empresas y pymes
Sin embargo, llegado a este punto cabe distinguir entre otro tipo de morosidad. Aquellos impagos que se han realizado con la intencionalidad de no querer pagar. Es decir, es importante tener en cuenta que nos encontramos delante de una crisis coyuntural. La crisis de 2008 fue una crisis financiera, asociada a préstamos abusivos en modo y número, y vinculado a la burbuja del ladrillo. Nada de esto ocurría en 2020.
La recuperación será más rápida que por aquel entonces -que incluso se llegó a tardar tres años en algunos sectores- por lo que muchas actuales morosos han decidido no pagar de repente dejando a deudas e impagos desde esa primera semana de marzo que es cuando se decretó la hibernación económica del país. Si todo les estaba yendo bien ¿por qué excusarse con la pandemia del COVID-19 para no pagar?
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