Parece una pregunta sencilla, pero no siempre la respuesta lo es. Yo añadiría, cómo hacer que un moroso pague sin perder la salud, cómo hacer que un moroso pague lo antes posible, cómo hacer que un moroso pague sin terminar como el rosario de la aurora.
Mi consejo es que consigas que el deudor te pague sin que haya repercusiones negativas para ninguno de los dos y para esto tienes que tener lo siguiente en cuenta:
- Sé amable. No es la mejor situación, pero mostrarte hostil no hará que se solucione antes. Deja que la otra parte explique su situación para terminar cuanto antes con el problema.
- Lleva un seguimiento exhaustivo de todo el proceso. Reúne todos los mensajes, facturas y comunicaciones que hayas tenido con el moroso para poder conocer todos los detalles.
- Sé consciente de que esto llevará un tiempo, pero no significa que no se pueda solucionar. La persistencia es esencial en estos casos.
Si consigues tener lo anterior en cuenta la gestión del cobro será más amena y efectiva.
Cómo cobrar una deuda por las malas
Si te preguntas cómo cobrar una deuda por las malas me parece que estás harto, o tal vez ya desesperado por recuperar el impago que te deben. Bien, déjame decirte que por las malas no hay manera de cobrar una deuda y que eso termine bien. ¿Por qué? Porque puedes acabar denunciado por acoso, amenazas, hostigación, entre otros. ¿De verdad quieres eso?
¿Quieres que en tu sector te conozcan como el matón que sabiendo lo mal que estaba ese cliente empezó a perseguir a la familia del gerente y no paró de mandarle mensajes amenazantes hasta que consiguió que le pagaran la deuda? ¿Quién querría comprar tus servicios o productos después de que se conociera la noticia?
Sé que es frustrante no poder tener algo que es tuyo por derecho y encima tener que estar luchando por conseguirlo, pero en vez de tener una actitud agresiva ante una situación así, es mucho mejor delegar esta tarea a una empresa que sepa cómo gestionarlo. No tenemos que saber hacer de todo y delegar siempre es sinónimo de crecimiento. Así que si tienes impagos pide asesoramiento a una empresa de gestión de cobros e infórmate de cómo podrían ayudarte. Solo pregunta y valora qué te saldrá más rentable, si seguir desgastándote o pedir ayuda.
Actitudes de un gestor de cobranza
La diferencia básica entre actitud y aptitud es que la segunda es la capacidad de hacer algo y la primera es la manera en la que lo afrontamos. Ambas son importantes pero muchas veces nos obcecamos demasiado con la aptitud y dejamos de lado la actitud.
Por ese motivo, es fundamental conocer las actitudes de un gestor de cobranza para saber cómo realizar adecuadamente nuestro trabajo.
La primera actitud con la que tenemos que abordar un caso de impago es la asertividad, debemos analizar el caso de manera objetiva, entendiendo los motivos de cada parte, pero sin implicarnos emocionalmente. Puede que el moroso esté desesperando y la empresa que nos contrató vaya a quebrar por culpa de los impagos. Esta escena seguro que les produce a todos mucha tensión y sufrimiento, por eso, hay que saber discernir entre lo que podemos hacer como gestores de deuda y lo que no nos compete.
Otra actitud es la conciliadora. Pese a que seguramente nuestro cliente esté enfadado con el deudor y quiera que le pague a cualquier precio, es necesario ser profesional y mantener un lenguaje cordial siempre. No sabemos si el día de mañana volverán a trabajar juntos y una mala gestión puede ocasionar daño irreparables a futuro.
La tercera actitud que destacaría sería la analítica. Tal vez el cliente deudor quiera llegar a un acuerdo de pagar solo una parte en ese momento y posteriormente la otra, o directamente intentar que se le perdone una parte. En ese momento, tenemos que analizar detenidamente qué es lo que le conviene más a nuestro cliente, ya que puede aceptar acuerdos por desesperación que no le beneficien a futuro. Es nuestra tarea asesorarle para que vea la situación desde una perspectiva objetiva y clara.
La última actitud que siempre tendría presente sería la positiva. En un ambiente hostil como puede darse el caso, es importante que no nos ahoguemos en la parte negativa y que centremos nuestros esfuerzos en la parte positiva. Si bien es cierto que hay morosos que no tienen buenas intenciones, la mayoría de las veces son personas que entienden las consecuencias que están teniendo sus actos y quieren remediarlo lo antes posible. Así que también es importante comunicarle a nuestro cliente los avances que va teniendo su caso para así evitar que se desanime y tire la toalla.