La morosidad es uno de los inconvenientes más comunes que enfrentan las empresas y autónomos, sin embargo, esta se ha agravado con la pandemia de la COVID-19. Los clientes que se retrasan en sus pagos o incluso se niegan a pagar en lo absoluto son más usuales de lo que otros individuos piensan. Sin embargo, en los últimos dos años la mayoría de instituciones puede asegurar que las cifras de morosidad se han incrementado increíblemente.
El año pasado, que fue cuando empezó la pandemia, realizar un análisis del riesgo de morosidad de manera objetiva no fue exactamente posible. Se debe a que el alcance de la crisis económica fue demasiado amplio. Sin embargo, mientras nos acercamos a finales del 2021, actuar un análisis de acontecimientos pasados y llegar a conclusiones es accesible. Y esto es lo que hemos logrado recopilar y algunas soluciones.
La crisis económica ocasionada por la covid-19, la principal causa de morosidad
La pandemia fue declarada oficialmente a principios de marzo de 2020. En cuanto esto sucedió, para la mayoría de individuos, empresas y autónomos fue clara la crisis económica que se avecinaba. Sin embargo, en medio de la sorpresa por un estado de alarma inesperado y el temor del contagio, para muchos fue imposible planificar mucho más allá que unos pocos días o semanas.
La mayoría de personas e instituciones se vieron en la obligación de paralizar sus vidas diarias. Esto incluyó a la mayoría de empresas, negocios y profesionales del país. Lo peor de todo es que esto sucedió sin una fecha clara en la que todos podrían regresar a sus actividades normales, ya sea de comercio o de vida diaria.
Como una forma de enfrentar el declive económico y la reducción de los movimientos en los comercios, muchas empresas tuvieron que despedir a trabajadores. Además de eso, hubo muchos que, aún con un puesto de trabajo, no podían ejercer sus obligaciones. Por lo tanto, no obtenían un pago suficiente a final de mes.
Teniendo en cuenta todos estos factores que surgieron durante la pandemia de la COVID-19. No es sorpresa que los niveles de morosidad hayan aumentado de manera exuberante en tan solo unos pocos meses. Se debe a que la mayoría no cuenta con los ingresos suficientes para pagar servicios que ahora se les han sido entregados durante una emergencia. O solo prefieren ahorrar su dinero.
Un nuevo panorama
El panorama económico actual ha mejorado mucho en comparación a como estaba cuando empezó la pandemia. Esto se debe principalmente a la reanudación de las actividades económicas, la finalización de los estados de alerta y a la vacunación masiva. Sin embargo, muchas empresas aún expresan su preocupación por el riesgo de morosidad derivado de la crisis de la COVID-19.
A pesar de que la mayoría de empresas y autónomos tienen una actitud positiva en cuanto a la mejora de la economía, hay algo negativo. La mayoría de las mismas se encuentra preocupada de la capacidad de pagos de sus clientes, llevándolos a tomar medidas drásticas.
Cómo te ayudamos en Grupo Intercobros
A pesar de las medidas tomadas por empresas para hacer frente a la morosidad producto de la crisis económica durante la COVID-19, la mayoría se enfrenta a una clientela en recuperación que no está motivada para hacer frente a sus pagos. Esto retrasa considerablemente el proceso de recuperación de las empresas, que necesitan ahora más que nunca sus ingresos para progresar y que además no cuentan con el tiempo suficiente para hacer frente a tantos morosos.
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