Los préstamos suelen estar sujetos a riesgos, especialmente para la parte acreedora. Y aunque por lo general se hacen por acuerdos para devolver el dinero en un tiempo estipulado, abundan las situaciones en que no se cumplen. Es entonces cuando el acreedor puede iniciar lo que se conoce como un proceso monitorio de impago, una vía totalmente avalada por la ley en España.